Sé
que habrá más de uno y de dos... y me lo dice la experiencia; que tendrá la
tecla F5 de su ordenador desdibujada, de tanto apretarla esperando novedades en
este foro, o que Lorena les conteste el correo aunque sea Domingo (oye, a mí me
respondió una vez en sábado!!). Y, disculpen si no es la manera más romántica
de dirigirme a vosotros; los nuevos, y a aquellos que solo leen desde el
anonimato de sus vaivenes emocionales; pero con la coña del asma, se me ha ido
la mano con el Ventolin, y estoy a esta hora como una moto.
Podría
poner mil citas de Coelho, pero ya tenéis para ello mil cosas con imágenes
moñas en el caralibro. O buscar una palabra clave en una web de refranes y pegároslo
con algún gatito o bebe simpático (esa clase de cosas que no le gustan a Lorena
porque le quitan "me gustas" a sus post).
No,
voy a aprovechar mis 113 años para deciros a todos aquellos que empezáis por
este camino, que no dudéis y que valdrá por supuesto la pena. Decía mi ídolo
Marx, que si pudiese volver atrás en el tiempo, cometería los mismos errores,
pero los cometería antes!. Y no puedo estar más que de acuerdo con él, ya que
fui su guionista. Y si yo volviese a atrás en el tiempo, con una máquina del
mediaMarkt; o me fuera al otro barrio (atravesando el Manzanares) y me
reencarnase de seguida sin olvidarme de lo que hice; volvería a hacerlo.
Incluso teniendo cuatro años mi primera palabra seria Lorena (en ese caso corre Lorena si mi próximo padre es cinturón negro de Judo). Sé que os resulta difícil
de comprender, y que os sentís inmersos en el pensamiento de ser castigados y
de no merecer por lo que pasáis, pero creedme que estáis en un punto de inflexión,
en el que tan solo podéis ascender y subir, como la ilusión de un niño que se
cose alas al pijama para poder aprender a volar.
Y
creedme, que, si el niño no intenta volar desde un cuarto piso, tras caerse
muchas veces lo acaba logrando (sobre todo viendo los precios de Ryanair, que
me paga por escribir este post). Y a fin de cuentas es lo importante; se puede
perder, por supuesto, pero tenéis que aprender de los errores para corregirlos
y haceros más fuertes.
En
mi primer examen practico de conducir, parece que atropellé a una anciana y ni
me di cuenta. Acabé el examen y la tía malfollada examinadora me suspendió. Yo
no entendía el por qué, decía que era injusto, pero no me acordaba apenas del
lapso de tiempo transcurrido. Mientras dormía, me di cuenta de todo lo que ocurrió,
lo corregí, y a la segunda vez pude evitar a la misma anciana y aprobarlo.
Culpar
a los demás de nuestras derrotas, es levantarse tras una caída trastabillados,
sin tensar completamente las rodillas y rezando para que la gravedad sea
manipulada por San Cleopatra. Porque las derrotas llegan; nadie nace sabiendo,
ni siquiera schwarzenegger cuando chiquitito sabia tanto de músculos ni Boni de
zapatos y de bolsos (bueno en esto tengo dudas); pero siguiendo el ejemplo de schwarzenegger;
a base de equivocarse, de poner todo su empeño y cojones, ha logrado algo que
es muy complicado a su edad (lo siento tío
santa ).
Pero
sabéis lo más importante?. QUE TODO ES MENTE
Dice
el que me trae los rollitos de primavera a casa que una batalla se gana antes
de librarla. Y es cierto, hasta ayer, yo iba a cada batalla con la idea de
"A ver si hay suerte" con un examen; o "a lo mejor está ya
borracha y no ve na" cuando iba a entrarle a una tía; o la de mierda que
le habremos puesto al pobre de San Pancracio. La mayoría de las veces, tu rival
tiene las cosas más claras, o una estima mayor, o la cabeza más dura que una
piedra de Lepe; y la cara bonita o los mejunjes de Lorena pueden no bastar.
Hay
que tener huevos para deciros que tengáis confianza, pero así es, y os lo digo
mirando atrás. Pensad que el rencuentro con vuestra persona querida es cuestión
de días, y en lugar de concentraros en si el coaching funcionará, o si Lorena
no responde, a lo mejor ha tenido un accidente de scooter o le han atracao que
tiene pinta de tener muchos duros; dedicad esos últimos momentos de soltería a
descansar de la suegra o ver a esos amigos que hace tiempo no veíais; haced las
cosas que la otra persona no le gusta, y sobre todo, dedicad un poco de tiempo
a comprender que, no podéis perder esta guerra.
Puede
ser más lento o más rápido, podéis caeros mil veces; pero cada vez que os levantéis,
estaréis más cerca de la victoria. Y sé que la espera puede resultar eterna,
pero puede ser porque el universo considere que vuestra armadura no es la mejor
o que vuestra espada no está afilada (literalmente, no me seáis guarrones).
Creedme que si deseáis algo, es porque sois aptos a conseguirlo; aunque cueste más,
pues nadie dijo que fuera fácil; y un día blandiréis con orgullo vuestras
cicatrices con la vecina mientras ella os enseña su coche nuevo que sustituye
la vida amorosa de mierda que tiene.
Ya
habéis dado el primer paso, tenéis al mejor con vosotros (después de mí,
claro), y si aún no estáis decididos; pensad en si el deseo que tenéis es lo
suficientemente fuerte para luchar. No se trata de arriesgar dinero a ver si
cuela, sino de devorar vuestras energías en una carrera, de 100 m o 100 km, en
el que depende de vosotros mismos el llegar o no. Es cuestión de mirarse al
espejo y decir, Soy capaz de ir a buscar a mi sueño, mi amor, mi meta, a Irán
teniendo solo una bicicleta?. Si la respuesta es SI. El dinero es lo de menos,
pues, Pide y se te dará.
Si
estáis decididos, y habéis avanzado. Pensad en cada trampa, cada caída, cada
derrota; con la convicción que de os acercáis hacia la victoria.
Yo
hacía karate en el siglo XVII. El primer día, me pegaron una hostia; al segundo
día, supe protegerme. Así llegué al cinturón negro; sin embargo otro
estudiante, aun recibe las mismas hostias y no avanza el pobre. No lloréis ante
cualquier golpe que os produzca el medio que os rodea, o vuestro amado;
aprovechad para aprender a manejar la situación. No aceptéis las opiniones de
la gente cobarde que ve en vuestros sueños un imposible, y pensad que esa clase
de gente ya ha abandonado antes de comenzar a luchar.
Tiene
huevos que sea yo quien lo diga; quien más ha dudado, llorado y partido
cristales a pellizcos. Pero el universo a veces es tan sordo para oír mis
palabras como es tan receptivo para sentir los gritos de mi corazón. Y por eso
siempre que quise rendirme, sentí ese calor, ese empujón en mi culo gordo que
me ponía de pie; ya fuera de Lorena, una gran amiga, o de cualquier otra
persona que se adhería a mi vida para recorrer un cachito de ese gran camino.
Y
hoy quiero ser ese calor que os ayude a no desfallecer
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