Porque
aclarar ciertas leyendas urbanas puede hacerte sacar (mucho) más partido a tu
entrenamiento
Que
levante la mano quien no haya oído en alguna ocasión frases tan tajantes como
ésta: “Hasta que no llevas 25 minutos haciendo ejercicio cardiovascular no
quemas calorías”. O algo así como “hacer pesas, engorda”. O “lo mejor para
combatir las agujetas es el agua con azúcar”. Afirmaciones convertidas en mito
que llevan a todo aquel que se las cree a pie juntillas a machacarse en la
elíptica durante una hora como si no hubiera mañana para “quemar grasa” o a no
querer ni oír hablar del entrenamiento con pesas para evitar llevarse algún que
otro susto sobre la báscula. Sin embargo, como buenos mitos que son, no siempre
son ciertos. O sí. Por eso resulta fundamental aclarar los más comentados.
Porque saber la verdad, y solo la verdad, te ayudará a potenciar el rendimiento
de tu entrenamiento y sacarle el máximo partido. Empezamos.
MITO
1. No se empiezan a quemar calorías hasta que no llevas 25 minutos haciendo
ejercicio aeróbico. Falso.
“Se
queman calorías desde el primer momento”, responde tajante José María Esteve,
director deportivo y coach de Caroli Health Club Valencia. Sin embargo, aunque
se queman calorías desde el minuto 1, es cierto que las llamadas “calorías de
grasa” no vamos a metabolizarlas desde el primer momento. “Es verdad que
nuestro cuerpo tarda un poco en utilizar ese combustible del que nos queremos
deshacer”, explica Pedro Vállez, coordinador del área de entrenamiento personal
de Reebook Sports Club La Finca. Así que, aunque se quemen calorías, a la hora
de quemar grasa de forma efectiva y empezar a notarlo en el peso, la fórmula
más recomendable es la que combina ejercicio aeróbico de pulsaciones bajas y
larga duración.
Sí,
se puede engordar algo al principio, sobre todo cuando se está trabajando un
programa de fuerza muscular. “Uno de los efectos que se produce es que la fibra
muscular aumenta su diámetro y eso provoca que al crecer, aunque sea
ligeramente, sí se pueda observar en el peso general una ganancia que puede ir
de medio kilo a, incluso, dos”, explica el experto de Caroli Health Club. Sin
embargo, si se trabajan cargas ligeras y ejercicios aérobicos la tendencia será
la de reducir peso.
MITO
3. Sudar mucho implica perder más peso. Falso
¿Quién
no se ha enfundado alguna vez una faja térmica antes de ponerse a correr en la
cinta para sudar más y, por ende, perder más peso rápidamente? Si lo has hecho,
te equivocabas. “El único peso que perderás de esta forma es el del sudor, es
decir, el de agua y los electrolitos. Este peso volverás a ganarlo tan pronto
como vuelvas a comer y beber agua”, apunta Pedro Vállez. “La sudoración en
exceso no tienen ningún objetivo útil en la pérdida de peso”, añade.
MITO
4. Se quema más grasa si el ejercicio se realiza en ayunas. Ni verdadero, ni
falso.
Aunque
es cierto que algunos estudios han afirmado que los deportistas queman hasta un
20% más de grasa si el ejercio se realiza en ayunas, los expertos insisten en
la necesidad de hacer un desayuno ligero antes de empezar la sesión de
entrenamiento. “Si se practica deporte a primera hora lo mejor es hacerlo
desayunado, aunque sea una cosa ligera. Hay muchas fórmulas para tomar algo
ligero previamente al ejercicio”, afirma José María Esteve. Una buena fórmula
puede ser tomar una pieza de fruta antes y desayunar tras el ejercicio.
MITO
5. Entrenar solo un día a la semana no es efectivo. Verdadero
Aunque
siempre es mejor poco que nada, Jose María Esteve afirma que entrenar solo un
día por semana no es efectivo. “Es un error clásico entrenar solo los fines de
semana (weekend warrior). Los efectos se pierden con tantos días de parada de
por medio. Lo mejor es poder hacer alguna sesión más larga el fin de semana y
sesiones cortas entre semana si no se tiene más tiempo. Está científicamente
demostrado que los entrenamientos bien estructurados y planificados de 20-30
minutos generan mejoras en la forma física. A lo que Pedro Vállez añade:
"No sólo es más efectivo sino que se está convirtiendo en una tendencia
–como el HIIT (High Intensity Interval Training)– intercalar periodos de
entrenamiento cardiovascular en alta intensidad a un 80-90% de nuestra
frecuencia cardíaca máxima seguido de periodos cortos de ejercicio
cardiovascular a una frecuencia moderada".
MITO
6. Es necesario dejar descansar los músculos y alternar los días de
entrenamiento. Verdadero
“Dejar
que tus músculos descansen y se recuperen es tan importante como ejercitarlos”,
explica el experto de Reebok Sports Club. Aunque el descanso dependerá de los
objetivos y del trabajo realizado normalmente, cada trabajo necesita un
descanso que va entre las 12, las 24 y las 72 horas, dependiendo de la
intensidad y cantidad de trabajo realizado.
MITO
7. El ejercicio cardiovascular debe hacerse seguido al principio del
entrenamiento. Ni verdadero, ni falso
Puede
hacerse al principio de la sesión, pero también puede segmentarse y dividirse
entre el principio y el final del entrenamiento. “Cualquiera de las opciones
son válidas, al fin y al cabo estás haciendo ejercicio siempre”, explica
Vállez. Pero sí es cierto que, en función del objetivo que persigas, resultará
más efectivo hacerlo al principio o al final. “Si tu prioridad es perder peso
deberás darle más importancia al trabajo cardiovascular sin olvidar tonificar
todo tu cuerpo con ejercicios de fuerza. Pero si lo que quieres es muscular y
ganar peso, tus esfuerzos deberán ir dirigidos al trabajo de fuerza",
añade el experto.
MITO
8. Si no duele el músculo, no estás trabajando bien. Falso
Tanto
Vállez como Esteve coinciden: el dolor nunca es bueno. Hay que notar sensación
de que el músculo trabaja, que se fatiga, pero nunca dolor. “Se puede, y se
debe, trabajar sin sentir dolor”, sentencia Vállez.
MITO
9. Tener agujetas al día siguiente es síntoma de haber trabajado bien. Ni
verdadero, ni falso
Es
síntoma de que has trabajado zonas que habitualmente no trabajas. Son normales en
las fases iniciales cuando empiezas un entrenamiento, pero eso no asegura que
hayas trabajado correctamente. Y lo que sí es rotundo es que “no tenerlas es
síntoma de que el ejercicio ha sido perfectamente asimilado”, explica el
experto en fitness de Caroli Health Club.
MITO
10. Tomar agua con azúcar después de hacer ejercicio evita la inflamación y el
dolor muscular. Falso
Aunque
es el típico remedio de madre, está científicamente comprobado: esta
combinación no combate las agujetas (ni cuando añades una aspirina, otra de las
recomendaciones míticas). La mejor alternativa tras un sobreesfuerzo es la
ingestas de proteínas, aminoácidos e hidratos o glucosa, maltosa o
polisacáridos como maltodextrinas en forma de batido.
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